Lunes, 29 de Abril de 2024

Luis Acuña pierde el pelo pero no las mañas

Lejos de aceptar su retiro forzoso de la política, y teniendo ahora que disputar un espacio interno como uno más dentro del massismo, el ex intendente de Hurlingham, Luis Acuña, increpó duramente a una edil en la puerta del Concejo Deliberante. Perdió los votos, perdió la elección, perdió su peso político, perdió el pelo, pero no pierde las mañas.

12-04-2017



El pelo lo perdió hace rato, de eso no hay dudas. Pero lo que al parecer se resiste a perder Luis Acuña son las mañas.
El ex Intendente de Hurlingham desplazado en la última elección a manos de Juan Zabaleta, no se resigna a no ser el hombre fuerte del distrito que gobernó durante años, cuasi como patrón de estancia.
La campaña previa a su derrota tuvo todos los condimentos propios de un liderazgo ejercido por un "Barón del conurbano" que se precie de tal. No faltaron aprietes, amenazas, patoteadas ni gritos. Incluso, llegando al extremo de clausurar obras de escuelas o clubes, sólo porque éstas contaban con la gestión de Zabaleta o el financiamiento del gobierno nacional o provincial al cual Acuña no adhería, ya que formaba parte del Frente Renovador.

Pero las urnas condenaron su gestión y lo mandó a su casa, desde donde vio no sólo cómo muchos de los que creía "tropa propia" con la desaparición del látigo dejaron de serlo, sino que también comenzó a notar su pérdida de peso político de puertas adentro del massismo.

No obstante, poco tiempo después de haber asumido Zabaleta, a Acuña se lo vio deambular por los pasillos del hospital balbuceando frases al estilo "voy a volver" y fotografiando las ambulancias que se habían puesto en uso para la línea de emergencias municipal. Otras veces, en cambio, se lo pudo ver ofuscado y a los gritos, casi como una reminiscencia de su paso por el sillón de la Intendencia donde ese era su estado habitual cuando algo no salía como él quería, o cuando veía en algún medio de comunicación, noticias que le eran adversas como por ejemplo la causa penal federal que lo investiga a él y su familia por la existencia de FASIEM, la SRL familiar donde se escondieron propiedades del clan Acuña.

Ahora, no sólo enfrenta el paso de los años y la pérdida del pelo, sino también lo que más le duele: la pérdida de poder político. De ser un "Barón" que "cortaba el bacalao" pasó a estar relegado de las fotos del massismo; perdió además allí a sus principales adláteres como lo eran Joaquín de la Torre y Jesús Cariglino, y lo mandaron a cuarteles de invierno con serias chances de tener que disputar, si pretende algún tipo de candidatura, espacio con Lautaro Aragón, el concejal "margarito" que podría tener boleta del Frente Renovador si finalmente Massa sella un acuerdo electoral con Margarita Stolbizer.

Probablemente éste sea el motivo por el cual se lo vio hace pocos días, ofuscado y a los gritos frente al Concejo Deliberante. Quien parecía ser la destinataria de semejante enojo era la edil Lorena Carreto, quien todavía forma parte del espacio que aun pareciera conducir Acuña. Aunque no trascendieron los motivos de los gritos, lo que se especula es que le reprocha "perder las iniciativas" en materia de discusiones legislativas locales en manos de su ahora posible contrincante, Lautaro Aragón, hombre que por otra parte, y por su espacio de procedencia, es habitual que encabece reclamos, denuncias y cuestiones mediáticas, con lo cual las chances de Acuña quedan cada vez más relegadas en el terreno político porque no pareciera tener salida posible. No puede regresar al peronismo donde Zabaleta es el hombre fuerte del distrito; no lo quiere Cambiemos (donde sí se fueron sus amigos) porque Lucas Delfino, funcionario nacional, le alambró el espacio local, y pareciera que tampoco lo quiere mucho Massa que le abre el juego a una interna con Aragón tras el acuerdo con el GEN.

La única salida posible para Acuña sería la de resignarse en ser un "dulce abuelito". La edad le da, la pérdida del pelo también, pero si no cambia las mañas de gruñón, hasta eso pareciera ser difícil de conseguir.


Regresar